Ciclo de violencia en la pareja
Todos hemos visto en algún momento a alguien que ha sufrido violencia de pareja, o tal vez, alguno de nosotros la ha vivido personalmente, pero hemos pensado en algún momento si ¿la violencia tiene algún tipo de estructura o se da simplemente al azar?
Walker (1979, 1984) postula la teoría del ciclo de violencia, haciendo referencia a la violencia conyugal como un fenómeno que cumple con ciclos repetitivos, es decir no se da al azar, además después de finalizado cada ciclo el siguiente se intensifica en magnitud y duración. El ciclo se compone por tres fases (Servicio Murciano de Salud, 2010).
Imagen 1. (ONU Mujeres, 2017)
Fase 1. Acumulación de tensión. Se producen diferentes episodios de violencia verbal, los cuales van incrementando, también es posible que se den los primeros actos de violencia física, como cachetadas, empujones, etc. Por su parte, la víctima se muestra comprensiva y se va apartando de su red de apoyo como amigos y familiares, entre otros.
Fase 2. Explosión o agresión. Después de haber acumulado tensión se da una explosión como muestra de tener el control sobre la relación, representada por medio de violencia psicológica, física, sexual, y/o amenazas, esta fase suele ser de corta duración pero altamente peligrosa; la víctima se siente vulnerable ante los eventos dados y es aquí donde se suele denunciar o pedir ayuda.
Fase 3. Luna de miel. Para concluir el ciclo, el agresor manipula afectivamente a la víctima, suele hacer promesas de cambio, dar regalos, arrepentirse de los hechos pasados, atribuirle responsabilidad a la víctima sobre los episodios de violencia y desaparecen las fases 1 y 2; la víctima cree en el cambio de la pareja y continua con la relación e incluso retira la denuncia interpuesta anteriormente, pero las tensiones se acumulan nuevamente hasta dar inicio a la primera fase. Además, esta fase desaparece a medida que la violencia se va afianzando en la relación de pareja.
Imagen 2. (ONU Mujeres, 2017)
Por último, como producto de estos ciclos y su cierre, se conocen unas Consecuencias de la violencia. La OMS (2013) reconoce que la violencia conyugal además de dejar secuelas físicas en la víctima, deja efectos psicológicos a corto y largo plazo como: sufrimiento emocional, ideaciones e intentos de suicidio, trastornos alimentarios y de sueño, trastorno por estrés postraumático, baja autoestima, autoagresión, entre otros. Asimismo, en la salud sexual y reproductiva, se pueden producir: embarazos no deseados, abortos, infecciones de transmisión sexual, infecciones urinarias y disfunción sexual.
¿Qué otra consecuencia puede existir? tal vez, la muerte. Si, la muerte también conocida y tipificada como Feminicidio, tema que profundizaremos en los próximos días.
No permitas que la violencia de pareja llegue a tu vida, y si te encuentras en este ciclo, denuncia.
Referencias.
Organización Mundial de la Salud, (2013). Comprender y abordar la violencia contra las mujeres. Violencia infligida por la pareja. Recuperado de: http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/98816/1/WHO_RHR_12.36_spa.pdf?ua=1
Servicio Murciano de Salud. (2010). Guia practica clinica: actuación en salud mental con mujeres maltratadas por su pareja, Garriga, A. & Martín, J. C. ISBN: 978-84-694-1688-4. 1-150. Recuperado de: http://www.guiasalud.es/GPC/GPC_470_maltratadas_compl.pdf