Violencia contra la mujer en conflictos armados

Cuando hablamos de conflicto armado, pueden surgir, apresuradamente, opiniones respecto a este flagelo. Para algunos en Colombia el conflicto, sus víctimas y victimarios ya están subsanados, pero lo cierto es que tenemos en nuestras manos un gran trabajo por hacer, en lo que concierne a Orange the World, podemos decir que el propósito ahora es empoderar a las mujeres que han sido sobrevivientes del conflicto bien sea de forma directa o indirecta.

El conflicto armado es una problemática que trae consigo múltiples consecuencias que afectan el bienestar y los derechos básicos de los seres humanos, las mujeres y niñas son quienes más se ven afectadas por la violencia sexual en este espacio, la cifra “oscila entre el 18 y el 40 por ciento en el caso de mujeres y niñas y entre el 4 y el 24 por ciento en hombres y niños” (ONU Mujeres, 2014, párr.1).

Imagen 1. (Violencia sexual en el marco del conflicto armado, 2013)

Aunque la violencia sexual va de la mano con el conflicto armado, no es la única forma de violencia que se da en este contexto, además las cifras nos pueden engañar, puesto que son más los delitos cometidos contra las mujeres que el número de víctimas, dado que una sola mujer pudo pasar por diferentes transgresiones.

Desplazamiento forzado, torturas, desapariciones, reclutamiento, mutilación y secuestro, son delitos por los que han atravesado cientos de mujeres que han denunciado, pero también existen aquellas que no lo hicieron por miedo ante sus agresores, sus mismas familias o la sociedad de ser juzgadas. (El tiempo, 2015).

Imagen 2. (ONU Mujeres, 2015)

Tanto la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, aprobada en 1995 como la resolución 1325 aprobada en el año 2000 por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hablan sobre las mujeres y el conflicto armado, reconociendo que la igualdad entre hombres y mujeres favorece la paz y el desarrollo, también afirman que la guerra es desproporcional entre ambos y por último, es un deber la inclusión de la mujer en escenarios de participación en cuanto a prevención y resolución de conflictos (ONU Mujeres, 2017).

El miedo no debe ser una opción de vida, denunciar y pedir ayuda es posible.